Ana tiene 7 años trabajando en la misma posición y durante este tiempo su nivel de responsabilidad no ha cambiado. Tiene un buen desempeño, cumple con los objetivos que le piden, se lleva bien con sus compañeros y en algunas ocasiones ha existido la oportunidad de crecimiento dentro de su área, incluso mucha gente ha pensado que ella es la indicada, sin embargo esto no ha pasado y Ana no entiende por qué.
Cuando Ana me platicó su situación con mucha frustración y ganas de renunciar a la de ¡Ya! estaba convencida de que su jefa se estaba aprovechando de ella, ya que Ana tiene un nivel de conocimiento mucho mayor:
"Mi jefa nunca tiene idea de lo que estamos haciendo o de lo que se tiene que hacer para sacar la chamba"
Claro que esta era una probabilidad que más adelante confirmaríamos, pero antes de culpar a otros lo primero que hice fue entender un poco más, ¿porqué sí Ana tiene un buen desempeño, tiene buenas relaciones y conoce su trabajo no ha podido crecer?.
Después de algunas evaluaciones y entrando más a detalle en su desempeño, lo vimos claramente y el problema principal no era su jefa ni la falta de oportunidades, era ella misma y lo tuvo que reconocer.
El problema de Ana es que realmente nunca había asumido su liderazgo, en algunas situaciones clave donde pudo haber sobresalido no lo hizo por pena, nervios de hablar en público, expresar sus ideas y descartarse a sí misma por miedo al fracaso. En pocas palabras Ana estaba haciendo autosabotaje.
Está más que demostrado que las personas que logran crecer a posiciones de liderazgo no siempre lo hacen porque son los mejores colaboradores o los que más saben, pero si tienen otras habilidades.
Ana tuvo que aprender a desarrollar su liderazgo, sin importar su posición actual, si no tenía gente a su cargo ni cuánto dinero ganaba. El punto número uno para crecer dentro de las empresas es demostrar tu valor como colaborador y liderazgo personal, o sea, que no eres uno más y aunque el tema es muy amplio puedes empezar por aquí con un consejo muy práctico:
Ten el valor de identificar problemas que otros no ven y aduéñatelos. Levanta la mano, sin miedo al qué dirán, propón soluciones y concreta esos planes de acción involucrando a otros.
En el caso de Ana, puso manos a la obra y empezó a implementar ideas que resultaron muy útiles incluso para colaboradores de otras áreas y además les ayudó a replicarlas. Esto le sirvió para recibir reconocimiento del grupo e incluso recibir felicitaciones por parte del dueño. Nada mal para empezar.
Este fue el primer paso de muchos para Ana y estoy seguro que sí tú estás buscando sobresalir en tu oficina y crecer ya sea dentro o fuera de tu actual trabajo, hacer esto te será de gran ayuda.
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